El vagon caliente

Hoy yendo en el tren mientras miraba a una chica, mi mente me jugaba malas pasadas, tenia un pensamiento raro. Una idea que comenzó como un punto en un párrafo y termino convirtiéndose en una libro entero, en un relato de otra de las tantas fantasías y pensamientos obscenos que tenemos a diario.

Pues me encontraba en el vagón del tren, el cual se encontraba vacío salvo por nuestras presencias, observando a la chica, una morena estilizada de piel mas bien clara con ojos marrones profundos de mirada atrayente y directa, una mirada de esas que te gusta mantener y leer de ella. Era guapa mas bien de rasgos suaves y dulces pero sus ojos llamaban bastante la atención.

La idea creció, arraigándose en mi mente, primero pensando en como seria poder tenerla delante sin ropa pudiendo recorrer con la mirada sus curvas y tocar todo su cuerpo para degustarlo con mis manos. Eso ya hacia que la mente viajara mas haya y comenzara la idea de tener privacidad y llegar a tener un acercamiento intimo con ella. Pero aquí es cuando entra mi mente pervertida, esa que todos tenemos a la que yo suelo escuchar, pensé en que el vagón va vacío y ya teníamos nuestro momento de intimidad.El morbo estaba servido y la imaginación dispuesta a hacer de las suyas.

Tener sexo en un tren en marcha, solo la idea ya me calentaba y eso que mi mente aun procesaba la imagen.Ya todo vino rodado, ella a mi lado metiéndome mano bajo el pantalón tocándome suavemente buscando ponerme a punto, yo hacia lo propio con su entrepierna. Comencé a imaginar la sensación de humedad en mi mano, pensar como seria si sus fluidos estuvieran saliendo de ella y deslizándose por mis dedos, su excitación acelerada y que ella me excitase mas a mi.

Que casualidad que la parada es larga y el tren no se para, acto que ella aprovecha para bajarme la cremallera del pantalón y dejar salir mi carnoso y empinado pene. Todo es imaginación y con el sumun de mi de mi mente llego mi erección real, ya metía las manos en mis bolsillos evitando que se notara mi bulto, aun continuaba observándola ya que mi mente no paraba.La siguiente imagen de ella fue agachándose hacia mí, dejando caer su boca sobre mi miembro. Como lo saboreaba y como podía imaginar ese placer, ese juego con la lengua me resultaba muy placentero.

Lo malo fue que el tren se paro y ella se bajo y yo me quede con el calentón y la imagen de su boca en mi polla. Esta noche tendré dulces sueños