Rosa

Recorro el camino de mi vida, nada a mi alrededor solo esa extraña sensación de que todo esta oscuro y de que nada hay a mi alrededor ese extraño hedor a desgarro y tristeza que me acompaña, ese sabor amargo que trago cada día.

En mi camino cae una hermosa rosa. Dulce vida que me presta su sabor y su olor, huele a sentimientos y sabe a felicidad. Su color radiante  ilumina mi corazón y atrapa a todos mis sentidos. Su estilizado cuerpo y peligrosas espinas no me importan y al agarrarla mi sangre brota de mi mano. Un pacto de sangre sellado, una extraña mezcla de su rocío y mi sangre que quiere atar nuestro destino.

De la mano camino con ella mientras mi sangre brota sin importarme caer sin importarme el dolor. Huelo sus delicados pétalos su fragancia me llena me cautiva y embarga la emoción de sentirme perfumado por mi rosa.

Tuve que parar un alto en el camino para refrescar mi rosa una parada para beber de su rocío. Perdí la flor perdí su imagen y perdí todo su significado. Supe de un jardinero que la cuidaba y refrescaba afortunado aquel porque su jardín perfumado quedaría y lleno de vida estaría.

Vuelven los sabores vuelven los caminos, ese olor a tristeza, ese sabor a amargura que tanto me cuesta tragar. No supe cuidarte no supe guardarte, no te pude disfrutar no te pude comprender. Su fragancia perdí, perdí su delicada flor, perdí la rosa.